Las palabras vuelan, los escritos permanecen

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Manuscrito de las «Mocedades de Rodrigo»

Verba volant, scripta manent. Las palabras vuelan, los escritos permanecen, decían los clásicos latinos.

Las palabras son vanas, banales. A las palabras se las lleva el viento. Son polvo del mañana. Por eso lo escrito es la base de la Historia, que va más allá del recuerdo de lo vivido; de la memoria, que es limitada, como limitada es siempre la libertad del ser humano.

Pero sin las palabras, sin la fluidez, la frescura y la espontaneidad de la oralidad, no podrían existir la literatura, la historia; el registro escrito, en definitiva. En realidad, ambos registros se retroalimentan; son como uña y carne. Lo primero que surge en el desarrollo histórico de la Humanidad no son los sistemas de escritura, sino el lenguaje oral. Sin este no habrían podido nacer y desarrollarse los miles y miles de sistemas lingüísticos escritos que conocemos hoy. De hecho, hoy existen multitud de lenguas en el mundo que carecen de escritura y, por tanto, de sistemas ortotipográficos. Son lenguas de pleno derecho, al contrario de lo que consideraba la lingüística hegemónica hasta hace pocos decenios, que exigía que una lengua, para ser considerada tal, tuviera una tradición literaria «de prestigio».

No obstante, la pretensión de este blog es, fundamentalmente, la de estudiar, rescatar, criticar, explorar, auscultar y diseccionar lo escrito, lo lingüístico, lo literario, lo narrativo, lo poético, lo teatral y mucho más, de lo que un servidor conozca como más interesante y representativo de las letras en castellano, ya sea de los países de América Latina, de España o de cualquier lugar donde se hable y se escriba nuestra lengua con mejor o peor fortuna.

Encontrarán en este pequeño rincón de las letras referencias a estudios sobre lingüística general y comparada, así como sobre corrección ortotipográfica y de estilo. Y en esta librería virtual habrá un anaquel reservado exclusivamente para la crítica literaria en castellano. Críticas sin pretensión de pontificar, críticas que solo tienen la intención de compartir y estimular la fascinación por la creación literaria como vivo reflejo dinámico de una sociedad determinada y en constante cambio.

Disfruten de lo leído, disfruten de lo vivido.