«Cómo es» la nada en Beckett

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Lo que digo no significa que de aquí en adelante no habrá forma en el arte. Sólo significa que habrá una nueva forma y que esta forma será de una clase que admita el caos y no diga que el caos es realmente otra cosa (…). Encontrar una forma que se adapte al caos es ahora la tarea del artista (Samuel Beckett).

Leer al autor de El innombrableMolloy, Malone muereEsperando a GodotFinal de partida Los días felices supone siempre explorar y aventurarse por un sendero literario que recorre el lado más surrealista, áspero y absurdo de la condición humana. No obstante, hay una obra del irlandés Samuel Beckett que, por las razones que veremos a continuación, destaca tanto en lo relativo al contenido como, sobre todo, en lo tocante al continente. Nos referimos a la novela Cómo es.

La obra, que vio la luz en 1961, fue escrita en francés, idioma conocido a la perfección por Beckett y en el que escribió buena parte de su obra. Su título original, Comment c’est, se lee en la lengua de Molière de idéntica forma a como se lee commencer (comenzar), lo que ya nos aporta una pista sobre la esencia del escrito cuya breve crítica nos ocupa hoy aquí. ¿Comenzar? ¿Qué es lo que hay que comenzar (si es que hay que comenzar algo)?

Primeramente, desde el punto de vista narrativo, Cómo es constituye el mayor éxito del escritor irlandés en su intento de deconstruir las estructuras tradicionales de la narrativa. Para quien no conozca esta obra de Beckett, el primer elemento que conviene destacar de ella es que la novela está construida en base a una estructura tripartita en la que nos enfrentamos a párrafos —de no más de trece líneas— sin signo de puntuación alguno y con la automática expresión escrita de las ideas que recuerda al estilo surrealista de André Bréton («lo digo como lo oigo», repite en muchas ocasiones Beckett en un ejercicio de exoneración narrativa). El ritmo y el estilo de lo narrado llevan al lector a un crescendo —y, en ocasiones, a un verdadero frenesí— en el que los pensamientos del protagonista se agolpan y entrecruzan tal como lo hacen nuestros pensamientos desordenados, esa voz interior que algunos han denominado el origen atávico de la conciencia humana. La única pausa que el lector hará al leer este texto organizado en pequeños conjuntos separados por un espacio será la que le marque su propia respiración o su percepción literaria. Pero ¡cuidado, estimado lector!, porque al final puede terminar reventando como el propio narrador:

entonces eso puede cambiar no hay respuesta terminar no hay respuesta yo podría ahogarme no hay respuesta hundirme no hay respuesta ya no manchar el barro no hay respuesta la oscuridad no hay respuesta no perturbar más el silencio no hay respuesta reventar no hay respuesta REVENTAR aullidos PODRÍA REVENTAR aullidos VOY A REVENTAR aullidos bueno

Cómo es está repleta de retruécanos y juegos de palabras de toda clase que constituyen la prueba más palmaria del hondo estilo surrealista y nihilista de Samuel Beckett (un surrealismo, dicho sea de paso, muy diferente al de Ionesco, pues en el caso del irlandés no se trata de poner a la realidad frente al espejo deformante, sino que aparentemente no se cuenta nada, ni se cuentan los porqués ni los cómos ni los dóndes):

entonces antes de encontrarme de nuevo en el mismo punto y sensiblemente en el mismo estado seré sucesivamente

víctima del 4 en a en viaje por ab verdugo del 2 en b abandonado de nuevo pero esta vez en b víctima de nuevo del 4 pero esta vez en b en viaje de nuevo pero esta por ba verdugo del 2 de nuevo pero esta vez en a y al fin de nuevo abandonado en a y en estado de volver a empezar

correcto

Pero, bajo mi punto de vista, en Beckett se esconde todo detrás de la nada. O, por emplear otras palabras, de la nada surge el todo y el todo lleva a la nada. Por eso en Cómo es no podemos saber muy bien de qué se habla en general y, al mismo tiempo, nos sentimos identificados con todo lo que cuenta el narrador sobre ese personaje misterioso que siempre parece azorado, angustiado, herido, indeterminado. Y esto no por capricho, sino porque el célebre autor irlandés no pretendió contar nada, o no pretendió contar aparentemente nada.

Pero, entonces, ¿dónde se desarrolla la acción de esta novela? Lo único que sabemos es que el espacio en el que tiene lugar la «acción» es un universo lleno de barro y oscuridad. En ese fango, el protagonista no tiene la posibilidad de diferenciar dónde estuvo, dónde está y dónde estará. En este sentido, cuando leemos y releemos Cómo es nos hallamos frente a una novela completamente subyugada por la indeterminación, una indeterminación que provoca que el sentido tradicional de la novela sea volado en pedazos, de ahí que la crítica literaria en general haya interpretado que esta obra carece de sentido.

En honor a Beckett, concluyamos este breve aporte crítico a uno de los grandes escritores de la literatura occidental del siglo XX recordando que la vida bueno ya saben lo que algunos llaman hoy subsistencia no puede expresarse a veces expresarse siempre partiendo de la nada nada nada que es como hablar del todo todo todo del caos que es bueno ya lo dijimos anteriormente indeterminación siempre indeterminación.